Un vaso y una botella.
Y es que todo lo que escribí sin entenderlo en ese momento, ahora lo leo y me doy cuenta. Porque pasó! Y acá sigo... Escribiendo.
Y resultó que jugué con un fuego que no me quemaba, y lo dominaba a mi manera, y el camino prohibido agrandaba la llama...
Hasta que pasó...
O como las canciones que inventé antes de terminar una relación.
Y cuando estaba en soledad las entendía, y me animaba a escribir de nuevo, entendiendo.
Pero siempre caía en la trampa de sentirme solo, acomplejado por nada, por vivir parece...
Y puedo hacerlo a mi manera... Y me pasé. Al querer no excederme, me excedí...
Y cuando por fin me decidí a mirar a otra dirección, en donde el verde pastizal es verde, y las nubes y el sol existen, y las tormentas tienen un rico aroma... Cosas de la vida que quise aprovechar a partir de... Quizá fue ese el detonante: a partir de (ese día) voy a cambiar mi visión.
Un día faltaba... UN DÍA!!!
Y ahora vivo. Casualidad y causalidad juntas fue.
Y aunque muchas ganas tengo de tener una pareja, de esas con las que uno hace cosas y no se aburre ninguno, me tomo este tiempo para aprovechar vivir feliz, para después saber ser muy feliz.
Estoy positivo. Aprendí a querer mucho.
Ahora a cumplir con las responsabilidades y obligaciones, legales, sanamente.
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