28.6.15

No quiero soñar mil veces las mismas cosas...

Cuanta inmensidad puede caber en una sencilla persona. ¡Cuánta belleza!

No es difícil enamorarse de ella, de su tez blanca y suave, de su sedoso pelo negro.
Divino rostro, con perfectos detalles, podría volver loco hasta al cuerdo más cuerdo...
¿Será su impactante e hipnotizante mirar? ¿Serán sus deseables labios rojos? ¿Acaso su femenina seriedad, o sus sanas costumbres? ¿Su perspicaz inocencia?
Podrían ser también sus gustos por la buena música y los libros...

Lo único que puedo afirmar es que sabe como volar entre letras.

Es injusto no saber nada de ella.

...Y después escucho que la perfección no existe...

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