15.6.15

El vacío se lleno, pero no de lo que quisiera.

Con los labios morados de una noche fugaz e invisible,
remonto el vuelo en el alba, que me abraza desnudo.
Sin piel pero con alas. Sin camino pero con sentido.
Descubro la soledad que me rodea sin atraparme,
descubro el vacío y las letras con que llenarlo.
Enloquece mi alma recordando viejas aventuras.

Y anhelo, con todo el pecho, volver a encontrarme.

Labios morados por jugar con el tiempo,
comprendo que pasa volando, sin intentar atraparlo.
Me detengo un momento, me encuentro.
Quiero todo aquello que una vez soñé. Veo.
Hasta que los rayos del sol me vuelven a cegar.
Intento enfocar, quiero ver todo una vez más.

Con la vista nublada y los labios morados
remuerdo los aspectos más bacanes de mi estar.

No estoy bien. No estoy mal.
No estoy quieto pero tampoco me muevo.

Otra vez los sueños, anhelos, deseos.
Es que no soy perfecto.
Aunque pueda creerlo...
Soy ateo.

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