13.1.14

Lugar, dulce lugar.

Esto lo escribí por allá a principios del 2011, y dice así:

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Bueno, me encuentro una vez más en esa situación impredecible pero imprescindible, caracterizando las señales a través de todo lo sentido por mi cabeza. Estando totalmente en estado de coma, siento lo cierto, veo lo concreto, toco la nada, la invisible parte delgada del alma. Veo y siento, es cierto que todo siento, es cierto que todo lo veo, es cierta esta mentira, es mentira mi verdad.
Otra vez me encuentro en esta situación, de alegría y tristeza, de verdad y mentira. Vivo o muerto, no importa, pues estoy en el estado de coma que me inquietaba pero me terminó por gustar. El mar. La nada. El cielo. Lo infinito.
Adiós a aquella persona que sin conocerme no lo quiere. Adiós a todos. Quizas quiera estar en otro lugar, en uno que no exista, en ese que todo es nada, donde nadie te ve, nadie te escucha, nadie existe. Lugar donde suelen habitar lo extinguido.
Lugar, dulce lugar.
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Terminé comprendiendo todo lo contrario. Que para morir hay tiempo de sobra. Para vivir es limitado, por lo tanto hay que aprovechar al máximo todo.

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